viernes, 15 de abril de 2011

Como la esposa de popeye



Era alta y esbelta, quizá de cuarenta años, pelo negro y largo hasta la cadera, ni negra ni blanca, del color oro pálido asi era la nueva novia del papa de Sebastian, tambien era ciega y no caminaba se llamaba igual que la esposa de popeye Olivia. Cuando aquella mujer llego a la casa, Sebastian no pudo con tanta duda, como era posible que su padre un hombre guapo, de unos cuarenta años esbelto, de pelo negro y rostro distinguido; de cara pálida y descarnada, pómulos salientes y un lunar en la mejilla izquierda, como un hombre tan guapo que llevaba gafas con montura de oro y cristales oscuros como boca de lobo se pudiese fijar en una mujer que aunque no era fea pero si muy invalida por un momento sebastian penso en que la muejer le habia dado tepache o algo asi, un embrujo similar a un enbovamiento.- Sebastian pasaba todo el dia con ella, solo porque su papa trabajaba todo el dia como contador en la gasolinera. Aunque no le hablaba la veia siempre sentada en su silla cociendo, lellendo, hablando por telefono o haciendo algo, eso hacia todos los dias, hasta que una tarde cuando sebastian regreso de la tienda ya no la vio sentada en si silla, incluso la silla ya no estaba. De imediato le marco a su papa y juntos dieron aviso a las autoridades sobre lo sucedido, reportaban a esa pobre mujer invalida como desaparecida, durante meses esperaron una llamada o algo que le diera tan solo una pista de su paradero, pero nada, asi pasaron los meses y con ellos vinieron los anos, nada daba solucion a ese pobre hombre desesperado por encontrar a su mujer, el tiempo se encargo de curar heridas pasaron justanmente doce anos y Sebastian ya estaba en la universidad habia conseguido por sus exelentes calificasiones una beca en el extranjero y pasiando conosiendo la bella Roma en un café cerca de la plaza central vio a una mujer sentada tras un momento de duda, la miro embobado porque a un sin las gafas oscuras, no hay equivocación sobre aquel rostro distinguido y con sus pómulos salientes .


Se dispuso a cruzar la plaza y hablarle cuando un murmullo de extranjeros japoneses interumpieron el momento, Olivia sobre un par de espléndidas y robustas piernas, se levanta y sale del café toma un taxi rápidamente y cierra la puerta rapidamente.

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