martes, 14 de diciembre de 2010

En esta noche perpetua e pecado mucho, necesito un castigo.


Tenia ochenta años y esperaba su muerte sentado en la mecedora que había sido de su madre, la ultima vez que se le vio vivo llevaba puesto una falda negra con una blusa gris y esa peluca que nunca se quitaba ni para bañarse, también llevaba los zapatos de tacón que su hermana le había mandado de los estados unidos, sus uñas pintadas en rojo carmesí y el maquillaje en su cara que solo resaltaba a un mas sus arrugas, se había colorado la boca, solo le faltaba el rimel, pero no alcanzo porque en eso el llego y lo mato....

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